Hace unas semanas escribí sobre el elitismo relacionado
con las artes, lo que convierte al arte muchas veces en arte incomprendido. Si
no lo leíste en su momento te lo recomiendo, aunque no es imprescindible para
leer el post de hoy.
Todo tiene su cara y
su cruz, así que hoy voy a abordar el tema desde su otro lado: desde
el lado del amante de las artes que muchas veces se siente juzgado como
prepotente o esnob por
sus conocimientos y nivel cultural.
¿Qué opinas del tema?
¿Te has encontrado con casos similares?
¿Crees que el arte es incomprendido?
¿Crees que sería posible llegar a un punto de encuentro entre ambos personajes?

- Alguna vez me ha pasado, en ciertos círculos sociales y con cierto tipo de personas, que he comentado que Chaplin mola y que ver cine mudo puede ser una bonita experiencia, y me han mirado con cara de “ya tuvo que saltar la enterada esta”. Vamos, que ni siquiera, en una conversación que iba sobre cine, ha habido una puerta abierta a conocer opiniones y experiencias diferentes.
¿Qué opinas del tema?
¿Te has encontrado con casos similares?
¿Crees que el arte es incomprendido?
¿Crees que sería posible llegar a un punto de encuentro entre ambos personajes?
Ante una persona con
amplios conocimientos culturales y amor por las artes muchas veces existe el
prejuicio popular de que es un pedante. Aunque existan, y de esas personas ya
hablamos en el post anterior, no se puede cortar a todo el mundo por un mismo
patrón.
Que alguien disfrute
con el arte, y que consuma arte más allá de lo más comercial, no quiere decir
que sea un esnob.
Hay algo que suele
ocurrir muy a menudo y que muchas veces es motivo de conflicto (no sólo en el
tema que nos ocupa) y es que a veces hablamos sin tener mucha idea de lo que estamos
diciendo, yo la primera. El
arte, en todas sus formas, es algo subjetivo y que algo te guste o no te guste
dependerá de muchos factores, de tu momento vital, de tu cultura, de tus
costumbres, etc. Sin embargo, no deberíamos juzgar el valor sobre una obra (ya sea pintura, cine, música,
fotografía…) en función de que a nosotros nos guste o no.
Muchas personas
defienden su opinión sobre alguna obra, o estilo artístico, con tanta
vehemencia; y basándose única y exclusivamente en su gusto personal; que pueden
provocar en el otro una reacción igual de vehemente, y la bomba explota. Cuando
eso pasa, del intercambio de opiniones a la falta de respeto sólo hay un paso.
Y es que al final ambas
posturas se caracterizan por lo mismo: por un enorme ego y una necesidad
constante de defenderse y de quedar por encima de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario