Trabajar para uno mismo puede ser
una locura. Eso de ser tu propia jefa tiene inconvenientes, como cargar con todas las responsabilidades, no tener una nómina mensual, tomar todas las decisiones y la
inseguridad de que no sean las correctas, y no sigo que me queda muy largo el
post.
Sin embargo, hoy por hoy, este
trabajo no lo cambiaría ni loca por un “trabajo normal”. En un trabajo
normal, no podría adaptar mi tiempo a mis necesidades. Seguramente, no podría
viajar a Valencia en un par de semanas para estar en la boda de una de mis
mejores amigas, estaría contando los días que faltan para el próximo puente, o
las próximas vacaciones, estaría mirando el reloj cada 5 minutos esperando que
llegara ya el final de mi jornada laboral.
De todo lo bonito que tiene
trabajar para una misma en algo que de verdad te llena, lo mejor de todo es el
contacto con los clientes (en mi caso, clientas casi siempre).
Cuando te dedicas a un trabajo
artístico, y si lo haces de una manera sincera, con sencillez, humildad y sin
pretender ser lo que no se es, es normal que termines conectando con personas
que tienen mucho en común contigo, que comparten tu forma de ver el
mundo, tus valores, que son capaces de entender cosas que otros
no entienden, de apreciar matices que otros no ven.
Lo mejor de todo es que lo que
hago me permite conocer gente realmente especial, personas con las que conectas
y que te enriquecen y con ello, enriquecen tu trabajo.
Es el caso de Rosi, una de mis
clientas VIP, que apareció en nuestro stand en una feria y lo
lleno todo con su energía, porque es de estas personas que no olvidas, que no
pasan desapercibidas, que se distinguen de los demás. Además, compró, y
cuando alguien decide gastar su dinero en tu trabajo, y sientes su entusiasmo,
y ves en sus rostros cuánto les gusta, sientes que toda esta locura tiene
sentido y todo tu ser se llena de alegría y agradecimiento. Es algo que no
tiene precio. Si ya la clienta se suscribe a la Newsletter, y un día te
contesta diciéndote que se ha quedado fascinada con los retratos en joyas y que
quiere hacerte un encargo… eso ya es una fiesta.
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El resultado de uno de sus encargos. |
Poder entregar el trabajo
terminado en persona es también lo mejor de todo, y si la clienta es como Rosi,
ya ni te cuento. Te diriges al lugar de encuentro con los retratos en la mano, el cuerpo lleno de nervios y la cabeza de preguntas: ¿le gustará? ¿habrá cumplido sus expectativas?
¿y si hay algo que no le gusta?... Pero entonces llegas y te recibe con una
sonrisa grande y sincera, y cuando ve el resultado ves como su rostro se
ilumina, se entusiasma y te regala alabanzas a tu trabajo, y te anima a que des
a conocer más ese tipo de trabajos, y te da permiso para que uses su imagen
como ejemplo en tu página, y en tu tienda online. Pasáis un rato más hablando
con tal familiaridad que parece que ya os conocéis de hace tiempo, y te marchas
sabiendo que, aunque trabajes casi* en solitario, no estás sola. Estás acompañada por unas clientas lindísimas, que valen
oro.
Si has llegado hasta el final, ¡gracias! Espero que sea porque te ha gustado lo que te contaba.
Ahora me gustaría saber de ti: ¿Qué es lo más bonito de tu trabajo?
Ahora me gustaría saber de ti: ¿Qué es lo más bonito de tu trabajo?
Te animo a que nos dejes tu
experiencia y tu punto de vista en los comentarios, para que este espacio sea
también un poquito tuyo.
* Iván también curra lo suyo, ayuda, apoya y acompaña mejor que nadie.
* Iván también curra lo suyo, ayuda, apoya y acompaña mejor que nadie.

A mi me pasa lo mismo, cuando compis como tú me compran cosas tb me hace una tremenda ilusión, porque nos apoyamos unas a otras y al final no estamos solas :) y que reconozcan tu trabaja que haces con tanto mimo y pasión es muy bonito! felicidades por tu trabajo, te mereces tener clientas así de majas :) besitos
ResponderEliminarGracias guapa!! La verdad que clientas así son un regalazo de la vida, y por ellas merece la pena luchar por ser cada vez mejores en nuestro trabajo y compensan todos esos momentos no tan bonitos.
EliminarPues lo mejor de todo es exactamente lo que tú dices... Por suerte también he podido entregar algunos trabajos en mano y las caras de las clientas al abrir sus cajitas y lo que te dicen llena de alegría. La verdad que es una satisfacción y te hace olvidar todo lo que ha costado realizar el trabajo y las dudas de si gustará. ¡¡¡Besos!!!
ResponderEliminarGracias por comentar y compartir tu experiencia. Me imagino que trabajando en el sector de las bodas, el momento "nervios" antes de entregar el pedido debe ser constante. He pasado por tu blog y me han parecido chulísimos tus ramos. Enhorabuena ;)
ResponderEliminarCreo que trabajar para uno mismo es lo que realmente nos da libertad para ser nosotros mismos y mejorarnos cada día. Son trabajos que si tuviéramos que hacer para otro seguramente no haríamos ni la mitad ni nos sentiríamos tan satisfechos al final del día...
ResponderEliminarMucho ánimo, por que este camino es sólo de ida. Una vez que trabajas para ti mismo no hay vuelta atrás... Por suerte!
Tienes razón en lo que dices, trabajando para uno mismo nos vemos obligados a exigirnos más. De todos modos, creo que también influye en qué tipo de trabajo por cuenta ajena te encuentres, si se trabaja con un jefe que es un buen lider, capaz de hacerte sentir realmente implicado con el trabajo, de gestionar bien al grupo, valorar lo mejor de cada uno, etc... puede conseguir que saques lo mejor de ti mismo. Lamentablemente, eso es taaan dificil de encontrar.
EliminarGracias por pasarte por aquí, y por comentar ;)
"Cuando te dedicas a un trabajo artístico, y si lo haces de una manera sincera, con sencillez, humildad y sin pretender ser lo que no se es, es normal que termines conectando con personas que tienen mucho en común contigo, que comparten tu forma de ver el mundo, tus valores, que son capaces de entender cosas que otros no entienden, de apreciar matices que otros no ven."
ResponderEliminarImpecable. Así es.
¡¡Muchas gracias Miss Chloe!! Cómo me alegra ver que este párrafo te ha llegado ;)
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