Vuelta a la realidad


El martes pasado volamos a Valencia, la tierra de las flores, de las fallas y de las paellas más ricas del mundo mundial.

He pasado una semana en una nube de emociones, abrazos y reencuentros. He podido volver a ver a viejos amigos, personas que valdrían su peso en oro si fueran elefantes, que formaron parte de mi vida en un momento de muchos cambios y evolución personal y que hicieron que me sintiera en Valencia como en mi propia casa. La guinda del pastel ha sido poder compartir todo eso con Iván, poder enseñarle la que fue en su momento mi ciudad y que pudiera conocer por fin a esas personas tan especiales de las que tanto le he hablado.


¿Alguien de Valencia sabe dónde estamos?

Vuelvo a casa tras pasar una semana inolvidable pero ya tocaba volver a la realidad, porque se acercan unas fechas en las que hay que trabajar el doble y el triple ( y además me apetece). Porque aunque muchos no hayamos podido sacar del armario la chaqueta de invierno, los turrones ya están en Mercadona, y ya es navidad en El Corte Inglés.

La Navidad se acerca, y aunque se que decir esto en octubre puede parecerte precipitado, mi deber es tenerlo todo preparado para que, cuando llegue el momento en que busques detallitos especiales para regalar, poderte atender como mereces, cumplir en lo posible tus expectativas, y poder dar lo mejor de mí para ayudarte.

Empieza además la época de ferias, y si hasta ahora participábamos en el Clavel Market una vez al mes, a partir del primer viernes de Noviembre estaremos todas las semanas, y en Diciembre se intensificará la actividad.



Aun tengo pendiente subir muchísimas novedades a la tienda online y renovar el catálogo para que puedas encargar artículos a tu gusto que ya no están en stock*.

Y por último, también me gustaría hacer algún regalito a los suscriptores de la Newsletter, que bien merecido tenéis un detallito por estar ahí y abrir el correo cada vez que os lo envío. Así que tengo que ponerme las pilas como el conejito de Duracell y no parar hasta la segunda semana de Enero de 2015. ¡Empieza la fiesta!

*La posibilidad de realizar el producto que quieres dependerá del tiempo y los materiales disponibles, pero haré todo lo posible por cumplir tus deseos.


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Lo mejor de todo

Trabajar para uno mismo puede ser una locura. Eso de ser tu propia jefa tiene inconvenientes, como cargar con todas las responsabilidades, no tener una nómina mensual, tomar todas las decisiones y la inseguridad de que no sean las correctas, y no sigo que me queda muy largo el post.

Sin embargo, hoy por hoy, este trabajo no lo cambiaría ni loca por un “trabajo normal”. En un trabajo normal, no podría adaptar mi tiempo a mis necesidades. Seguramente, no podría viajar a Valencia en un par de semanas para estar en la boda de una de mis mejores amigas, estaría contando los días que faltan para el próximo puente, o las próximas vacaciones, estaría mirando el reloj cada 5 minutos esperando que llegara ya el final de mi jornada laboral. 

De todo lo bonito que tiene trabajar para una misma en algo que de verdad te llena, lo mejor de todo es el contacto con los clientes (en mi caso, clientas casi siempre).

Cuando te dedicas a un trabajo artístico, y si lo haces de una manera sincera, con sencillez, humildad y sin pretender ser lo que no se es, es normal que termines conectando con personas que tienen mucho en común contigo, que comparten tu forma de ver el mundo, tus valores, que son capaces de entender cosas que otros no entienden, de apreciar matices que otros no ven.

Lo mejor de todo es que lo que hago me permite conocer gente realmente especial, personas con las que conectas y que te enriquecen y con ello, enriquecen tu trabajo.

Es el caso de Rosi, una de mis clientas VIP, que apareció en nuestro stand en una feria y lo lleno todo con su energía, porque es de estas personas que no olvidas, que no pasan desapercibidas, que se distinguen de los demás. Además, compró, y cuando alguien decide gastar su dinero en tu trabajo, y sientes su entusiasmo, y ves en sus rostros cuánto les gusta, sientes que toda esta locura tiene sentido y todo tu ser se llena de alegría y agradecimiento. Es algo que no tiene precio. Si ya la clienta se suscribe a la Newsletter, y un día te contesta diciéndote que se ha quedado fascinada con los retratos en joyas y que quiere hacerte un encargo… eso ya es una fiesta.

El resultado de uno de sus encargos.

Poder entregar el trabajo terminado en persona es también lo mejor de todo, y si la clienta es como Rosi, ya ni te cuento. Te diriges al lugar de encuentro con los retratos en la mano, el cuerpo lleno de nervios y la cabeza de preguntas: ¿le gustará? ¿habrá cumplido sus expectativas? ¿y si hay algo que no le gusta?... Pero entonces llegas y te recibe con una sonrisa grande y sincera, y cuando ve el resultado ves como su rostro se ilumina, se entusiasma y te regala alabanzas a tu trabajo, y te anima a que des a conocer más ese tipo de trabajos, y te da permiso para que uses su imagen como ejemplo en tu página, y en tu tienda online. Pasáis un rato más hablando con tal familiaridad que parece que ya os conocéis de hace tiempo, y te marchas sabiendo que, aunque trabajes casi* en solitario, no estás sola. Estás acompañada por unas clientas lindísimas, que valen oro.

Si has llegado hasta el final, ¡gracias! Espero que sea porque te ha gustado lo que te contaba.

Ahora me gustaría saber de ti: ¿Qué es lo más bonito de tu trabajo?
Te animo a que nos dejes tu experiencia y tu punto de vista en los comentarios, para que este espacio sea también un poquito tuyo.

* Iván también curra lo suyo, ayuda, apoya y acompaña mejor que nadie.
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