La semana pasada nos escapamos una semana a la playa. Aprovechamos que en Santa Cruz de Tenerife eran los Carnavales para permitirnos unas pequeñas vacaciones que estábamos necesitando. Así que esta semana la he iniciado con depresión post-vacacional.
Estaba pensando escribir un post contándoos el buen tiempo que hacía a pesar de que la época carnavalera suele caracterizarse por un tiempo más bien inestable. Pero no es cuestión de deprimirme más, porque hoy llueve, y yo la lluvia nunca la he llevado muy bien, aunque me encante el olor a tierra mojada que queda luego, o como crece la hierba después de un buen chaparrón, paradojas de la vida. Entonces he pensado que lo mejor para la depresión post vacacional son las flores.
Las flores son amor, y son alegría.
Hace años, cuando estuve viviendo en Holanda, en las navidades les traje a mi madre, a mi abuela, y a mis tías, bulbos de tulipán. Es una flor preciosa, y cuando mi madre me contó por teléfono, en primavera, que ya habían plantado los bulbos y que los tulipanes habían salido, me hizo una ilusión tremenda, como si en ese momento un trocito de mí pudiera viajar a verlas en el aroma de las flores.
Se hacía duro estar tan lejos de casa, así que entended la exageración de emociones.
Este tipo de flor no sé como se llama, que yo soy un poco inculta en lo que a flores se refiere. Pero me gustan las flores con colorido, y quería pintar flores alegres aunque desconozca su nombre.
Aquí los resultados de mi primera toma de contacto con el mundo del diseño de estampados. Estoy muy contenta con el resultado, así que pronto podréis tener algunos complementos con estas flores y estos estampados.
¿Qué os ha parecido el resultado?
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